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Maracaibo, Venezuela. Ultima actualización 28-10-21

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EL INVENTO QUE HUBIERA REVOLUCIONADO A VENEZUELA Y AL MUNDO

Por Lic. Rigoberto A. Becerra D. (MAF)

        Debido a la difícil situación económica, política y social del país, con un desempleo que al descubierto puede llegar al 45% o más, sin considerar el subempleo, prostitución abierta o disfrazada, buhonerismo, raterismo, chavismo (que es casi lo mismo) y todos los ismos que Ud. quiera ponerle, y pare Ud. de contar; mi compadre Temístocles no ha escapado de esa crisis, y a pesar de que él mismo vaticinó todo esto ( Ver EL HERCOLUBUS VENEZOLANO), y también a pesar de su preparación como Ingeniero y Contador no le ha servido para conseguir empleo fijo, ha tenido que desempeñarse en diversos trabajitos y ocupaciones, en otras palabras “matando tigres” para poder sobrevivir y cumplir con sus obligaciones del exhogar con mi comadre Tremembuna después del problema con su secretaria (Ver POR CULPA DE LA SECRETARIA) y los nuevos hogares transitorios (recuerden que según el Presidente se está aún en transitoriedad), aparte de sus canitas al aire que de vez en cuando mi compadre disfruta, ya repuesto un poco del ratón moral que le dejó el problema con el engaño de fue objeto (vER POR CULPA DEl MAQUILLAJE).

        Así entonces, tomándole la palabra a nuestro querido y odiado Presidente de que todos los venezolanos y extranjeros que habitan este país de la robolución, deben ser inventivo o creativos, como por ejemplo tener una cría de pollos y/o un pequeño huerto de hortalizas en los techos de los ranchos y casas, con lo cual se solucionaría el problema de la alimentación sobre todo de la población más pobre del país ( y así ál poder seguir sacrificándose en sus viajes en el avioncito nuevo), entonces ni corto ni perezoso, después de haber asistido a unas dos sesiones de clase (a las que llegó tarde y todo enrratonado) de unos Talleres sobre Formación de Microempresarios a los cuales lo invité, y además recordando parte de lo aprendido en el curso por correspondencia de electrónica para demostrar que aún puede mi compadre Temistocles, constituido ahora en inventor, en su cuarto de habitación que tiene en su exilio forzado en mi casa, colocó el último tornillo en su complicado artefacto que estaba construyendo y lleno de júbilo y alegría gritó: ¡Eureka!, por lo que nuestro servicio que por casualidad se llama Eureka vino a ver que estaba pasando y dijo:

¿Me llamaba usted, Sr. Temístocles?

- No, Eureka, pero ya que estás aquí por favor pláncheme una camisa bien limpia y mi único traje gris, pues salgo corriendo para Miraflores y para la Oficina de Patentes e Inventos del Ministerio de la Ciencia y la Tecnología, pues he inventado la maravilla del siglo, la que revolucionará a Venezuela y al mundo, ahora si ganaremos millones.

- Lo felicito Sr. Temístocles y ojalá sea cierto para ver si puede apartar de allí los 5.000 Bs. que me debe y también pagarle los 50.000 Bs. que le debe al Colombiano tendero de la chozita de víveres de la equina, quien ya ha venido como 6 veces y la últimas vez dijo que si no le paga llamará a la Policía.

- Dígale a ese usurero que le pagaré con creces pues mi invento producirá chorro de divisas y yo pasaré a la historia. Ahora por favor le agradezco haga lo que le he pedido ya que no puedo perder un minuto más en beneficio de este país por las condiciones en las que se encuentra.

Eureka salió no muy convencida, y además sospechando que era alguna otra treta para que le prestara dinero para el pasaje o para echarse una catirita regional o una morenaza polar. Ya había pasado por esto antes con unos 10 inventos previos que nunca dieron resultado. En la habitación quedó mi compadre radiante de felicidad, ensayando un joropo llanero por si acaso cuando estuviera frente al Presidente a este se le ocurriera lo acompañará a cantar.

Mi compadre llegó a la Oficina de Patentes, donde habían acordado recibirlo el propio Presidente de la Republica y el Director de Patentes, quienes en verdad habían sido, vía E-mail, extrañamente interesados por mi compadre. Después de unos 30 minutos de hacerlo esperar, sin embargo y para no perder la costumbre, la Secretaria del Director (que por cierto está como ella quiere y por poco hace olvidar a mi compadre a que había ido allí), lo hizo pasar al Despacho donde fue recibido muy efusivamente con abrazos y palmaditas en la espalda.

- ¡Hola, nuestro querido inventor Temistocles, o mejor sería llamarlo Arquímedes!, - saludaron casi al unísono ambos, con cierta sorna.- ¿Dónde está ese famoso invento que revolucionará al país? Estamos ansiosos de verlo.

- Gracias, gracias, tómenlo con calma que no se arrepentirán y mucho menos el País, al contrario, me lo agradecerán.

- ¡Caray!. ¿Acaso se trata por ventura de algún aparato para encontrar más petróleo, para encontrar uranio o para encontrar estacionamiento en el centro de Caracas?.

- No, los usuarios de mi invento no necesitarán de esas bagatelas. Es mucho mejor.

- ¿Acaso has descubierto algún artefacto para controlar a las televisoras adversas y sus pavosos Periodistas y anuncios?, - preguntó el Presidente.-

- Algo mejor, - volvió a contestar mi compadre.-

- ¿Será acaso un artificio para conseguir pareja o para deshacerse de la ya conseguida? O ¿para ahuyentar a los cobradores? ¿o para evitar los cacerolazos de los escuálidos?, volvió a preguntar el Presidente quien se encontraba cada vez más turbado.

     Mi compadre temístocles, con aire de suficiencia, siempre sonriendo, movió la cabeza de un lado a otro, significando que no era así. Entonces, con cierta pedantería, colocó cuidadosamente su artefacto sobre el escritorio del Director, frente tanto al Presidente como al Director, y le quitó la envoltura de plástico que lo cubría.

- Nada de todo eso que Uds. creen. Mi nuevo invento, que repito revolucionará a Venezuela y al mundo, es simple y sencillamente un aparato para hacerse invisible o para hacer invisible a las personas y objetos que nos rodean, para cualquier fin u objetivo ortodoxo, legal o nó.

- ¡Atiza!. - Exclamaron igualmente al unísono tanto el Sr. Presidente como su jaleti Director de Patentes.-  ¡Eso si que es asombroso y fenomenal, pero como dijo Santo Tomas: ver para creer, queremos una demostración para ver si funciona!.

- Claro que funciona. Ya me lo imagino a Ud. haciéndose invisible para evitar los cacerolazos, o para que no lo vea su costilla que está con la otra costilla, o para desatenderse de las quejas y reclamos del soberano, ya no necesitará más irse de viaje y dejar encargado al VicePresidente, quien le puede quitar el “coroto”, pues “por más que se tongonea siempre se le ve el bojote”, como Ud. mismo lo dice Sr. Presidente.

- ¡Rápido!, quiero una prueba.

- Como no Sr. Presidente, sus deseos son órdenes. Observen bien como funciona.

Entonces, mi compadre, en un arrebato de emoción inventiva apretó el botón de encendido de su aparato que estaba frente justo del Presidente y del Director, y después de oírse un cierto silbido y chasquido, ambos desaparecieron, incluyendo al escritorio, la silla y la papelería que estaba sobre el mismo, e incluso el aparato.

- ¡Ven Uds. mis estimados compatriotas!, ¡ven como si funciona!.

- ¡Perfecto!, - dijo el Sr. Presidente!.

- ¡Perfecto!, - lo apoyó el Sr. Director jaleti, quien como buen robolucionario nunca contradecía a su Sr. Presidente para que no fuera armar un berrinche de padre y señor mío.-

- Les dije que era una maravilla, que se encontrarían altamente satisfechos y el pueblo venezolano será muy feliz.

- Okey, -dijeron ambos y realizaron la pregunta lógica-

-  ¿Y ahora cómo se hace para volver a hacernos visibles?

     Por lo que mi compadre ahora si un poco turbado, o mejor dicho "mas turbado" que antes, pero sin perder la calma, como siempre ha sucedido en los diferentes problemas en los que se ha metido, les contestó:

- Ahí es donde radica el problema, mis queridos hermanos, compatriotas, eso es lo único que aún me falta por terminar de este invento, todavía no se como se vuelven a hacer visibles las personas y las cosas. Espero terminarlo pronto.

    

Más desgraciadamente, o mejor dicho agraciadamente para muchos, ya no lo pudo inventar, pues el Director de la Oficina de Patentes, quien también había estado en unos cursos con los Círculos Violentos, haciendo uso de sus conocimientos aprendidos y para ganar puntos con su invisible jefe comandante, como pudo tomó el también invisible aparato y acercándose sin poder ser visto por mi compadre se lo estrelló en la cabeza haciéndolo tortilla y mandando a mi querido compadre a pasar 15 días en la Unidad de Cuidados Intensivos de una Clínica privada, dejando acéfalas a la Oficina de Patentes y a la Presidencia de la República, teniéndose que convocar a elecciones por los miembros de la OEA (Oligarcas, Escuálidos y Afligidos), que al fin y al cabo era lo que querían, ¿O nó?.

       Dicen las malas y las buenas lenguas que jamás de los jamases nadie volvió a ver a estos dos funcionarios de la robolución, y sólo escuchaban sus voces pero nadie les creía pues desde hace mucho tiempo ya habían perdido su credibilidad,  creyendo además de que se trataban de dos ánimas en pena por el mucho mal que hicieron a nuestro querido país.

       Asimismo, a pesar de que mi compadre no pudo cobrar ese chorro de millones de dólares, pues no pudo demostrar su invento, y siguió martillando a Eureka y al colombiano del abasto, se observó desde entonces que el dólar bajó, que el costo de la vida bajó, que el desempleo bajó, que regresaron los muchos exilados de Miami (¡que palabrita!), que desaparecieron los famosos Círculos Violentos. En fin, que todo terminó como terminan todas las novelas: TODO MUNDO FELIZ.

OJO: Todo esto no es sino fruto de la imaginación del autor, por lo que cualquier coincidencia con la realidad es pura coincidencia. Pero quienes lo han leído no han cesado de exclamar ¡OJALA FUERA CIERTO!.

 

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