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WEB DEL Lic. RIGOBERTO A. BECERRA D. (MAF)

Maracaibo, Venezuela. Ultima actualización 28-10-21

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LOS DESEOS SI PREÑAN

Por Lic. Rigoberto A. Becerra D. (MAF)

Este amanecer mi compadre Temistocles se estaba con una sola idea en su cabeza. Demostrarse el mismo demostrarle al mundo, demostrarle al presidente Chávez y, por supuesto, demostrarle a Inezita (ese es el nombre de la susodicha) que los deseos si preñan, contrario a ese dicho perteneciente a los diversos refranes (dicho por nuestro querido y odiado Presidente) que dice que "los deseos no preñan", o del mismo modo hacerle tragar las burlas continuas de Inezita que posterior a sus continuas provocaciones, que dejaban a mi compadre al borde del colapso, le culminabar con una sonrisa de oreja a oreja y la frase ¡Ay, Don Temi, lo que interesa no es ver sino comer!, o igualmente se burlaba al decirle: ¡Don Temi! ¿Para que ve la lista si no juega loteria?., mientras pasaba frente a mi compadre con su minifalda una cuarta por encima de la rodilla, o con sus pantaloncitos supercalientes, y siempre cuando mi compadre se iba para el trabajo, en la tarde, o cuando llegaba del mismo y se preparaba para descansar, por lo que mi compadre en el trabajo realizaba los asientos contables todos voltiados, se le echaban a perder varias planillas de conciliacion bancaria, o no era capaz de realizar su acostumbrado reposo de la tarde.

Entonces, mi compadre, desde el porche de mi casa donde vuelve a estar exilado a consecuencia de sus problemas con la Secretaria POR CULPA DE LA SECRETARIA, y de San Nicolas POR CULPA DE SAN NICOLAS y de la Bolivarina y el Partido POR CULPA DEL PARTIDO Y LA BOLIVARIANA de nuevo pudo ver a Inezita en el frente de su casa que quedaba precisamente frente a la nuestra, vestida como siempre con una provocadora minifalda que dejaban traslucir unos minipantis y un suetercito de esos que dejan ver el ombliguito.
Por eso mi compadre, ni tonto ni perezoso, se entretuvo en empezar mirarla, a contemplarla con firme y tenaz insistencia, siendo descubierto por Inezita, quien, con burlona sonrisa coqueta y pose sensual, estuvo soportando la relativamente lejana o perdida mirada, la cual se fue haciendo mas fuerte y donde el deseo de mi compadre se fue concentrando, tomando fuerza, hasta hacerse muy duro, hasta que pudo escupirlo por la boca convertido en una fràgil y blanca plumita. Mientras tanto Inezita continuaba con continuos movimientos sinuosos en el borde de la escalera para mantener la mirada penetrante de mi compadre.

Mi compadre continuó mirando a Inezita cada vez con mas fuerza, transformado, hasta parecerse a una estatua, viendo como la plumita sencilla y blanca cruzaba la calle, se elevaba, ascendìa graciosamente en espiral, dando vueltas, buscando su objetivo, hasta alcanzar la altura del lugar donde estaba su divino tormento.
Inezita estaba viendo a la plumita pero no le hizo caso; !fatal error!. Ya frente a Inezita, la fràgil y blanca plumita buscaba muy sutilmente meterse por debajo de la minifaldita de Inezita, bajo sus minipantis y ¿què creen ustedes?, de alguna forma lo hizo fugazmente, pues no la vieron mas, ni mi compadre ni la susodicha Inezita, como era llamada.

Los resultados no se supieron sino dos meses mas tarde cuando con dos menstruaciones suspendidas, ciertos mareos, aparte de aumento de su abdomen, de sus senos y otros indicadores que no dejaban dudas, Inezita no tuvo mas remedio que reconocer de que estaba embarazada, pero ¿de quièn?, si ella no estuvo nunca con hombre alguno. El rumor estuvo circulando por todo el vecindario, por todo el pueblo, por todo el Municipio, y hasta en sitios circunvecinos, se hablaba hasta de milagro, aunque conociendo lo coqueta que era Inezita era poco probable tal milagro. El misterio de todo esto, lo aclararon cuando pasando por casualidad una noche Inezita por el lado de mi compadre, ahora este con voz socarrona, engalonada, le dijo:
¡Inezita, los deseos si preñan!.

Es bueno decir que, desde ese raro acontecimiento, las chicas coquetas del pueblo se cuidan en su vestir, en su forma de pararse en escaleras o viviendas, en sus coqueteos, no les vaya a suceder lo de Inezita.

¡QUIEN TENGA OJOS QUE VEA! ¡NO SEA USTED LA SIGUIENTE.!

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