No perdamos un amigo
Hubo una vez dos mejores amigos. Ellos eran
inseparables, eran una sola alma. Por alguna causa sus caminos tomaron dos
rumbos distintos y se separaron. Seguidamente contamos la triste historia realizada de parte de uno de ellos.
- Yo nunca supe mas nada de mi amigo hasta ayer, ya pasado mucho tiempo, pues caminando por la calle nos encontramos su madre y yo.
- Al saludarla lo primero que hice fue preguntarle por mi amigo. En ese momento sus ojos se pusieron llorosos; al mirarme a los ojos dijo muy triste: - Ayer lo enterramos....
- No supe que decir,
ella me estaba mirando y le hice la pregunta acerca de su muerte. Entonces ella me dijo: - vamos a la casa para contarle con mas detalle.
Al llegar nos sentamos en la sala vieja donde estuve muchas veces, en gran parte de mi
vida, siempre jugamos en ese lugar mi amigo y yo.
Con tristeza, su madre me hizo el siguiente relato:
- Hace unos veinte meses le diagnosticaron una rara enfermedad, y su
cura era recibir cada mes una transfusion de sangre durante 3 meses, pero
¿recuerdas que su sangre era muy rara?
- Siempre lo supe; - Teniamos el mismo tipo de sangre.
Su madre continuaba contando:
- Por eso estuvimos buscando donadores y al fin encontramos a una persona, un vagabundo. Sin embargo, tu amigo, como te debes acordar, era muy testarudo, no quizo recibir la sangre del
vagabundo. Comentaba que de la persona que estaba dispuesto a recibir sangre era de la tuya, pero no quizo que te buscaran, y pensaba en voz alta todas las noches: ¡no lo busquen,
estoy seguro que dentro de algunos dias si viene....!
- Así pasaron los meses, y todas las noches
se sentaba en esa misma silla donde te sientas ahora y rezaba para que te
acordaras de su amigo y vinieras al dia siguiente.
- De esta manera se fue apagando su vida y en la noche anterior a su muerte estaba muy mal y, sonriendo me dijo: - madre, estoy seguro
que pronto mi amigo va a llegar; por favor, le pregunta la causa de su demora; dale esa nota guardada en mi mesa de noche.
Al terminar su relato su madre fue al cuarto y al regresar me hizo entrega de la nota que empece a leer:
- "Amigo de siempre, no he dudado que en cualquier momento llegabas, tardaste un poco pero no importa, lo importante
es que viniste. Ahora te estoy esperando en otro sitio, donde espero que en ese si tardes en
llegar, pero mientras tanto quiero decirte que todas las noches estoy rezando por ti y
desde el cielo me encuentro cuidando a mi querido y mejor amigo. ¡Ah, por cierto, ¿te
acuerdas el motivo de distanciarnos?; fue porque no te quize prestar mi pelota
nueva, ja ja ja, tiempos aquellos.... estabamos insoportables, bueno pues quiero decirte
que te la regalo y espero que te guste mucho. Te quiere mucho: tu amigo por
siempre".
- Una vez terminada la nota no supe que decir y me fui corriendo a mi casa a reflexionar de mi mal comportamiento de amigo, pero ya no hay remedio.
REFLEXION: Apartemos un poco de nuestro tiempo para visitar a los amigos, excompeñeros de trabajo, excompañeros de estudios... La amistad
es como el mar, se ve el principio pero no el final. No le vaya a suceder lo relatado