¿CUANTO VALE UNA HORA DE SU TIEMPO?


Por Lic. Rigoberto A. Becerra D. (MAF)


Un hombre vino a casa tarde del trabajo, cansado e irritado, encontrando a su hijo de 65 meses, quien lo esperaba en la puerta y al verlo le dijo:. - ¿Papi, puedo hacerte una pregunta? - " Si, contestó el hombre. - ¿Papi, que cantidad de dinero ganas en una hora?

- Eso no es asunto tuyo. Por qué preguntas eso? - Dijo el hombre enojado.

- Solamente quiero saberlo. Por favor dime, ¿que cantidad de dinero ganas en una hora?, dijo de nuevo el pequeño. - Si quieres saberlo, en una hora gano 5 $.

- Oh, - dijo el pequeño, cabizbajo. Volviendo a mirarlo, dijo entonces - Papi, ¿puedo pedirte prestado 2 dolares?

El padre se puso furioso,

- Si el motivo por el que me has preguntado eso es para poder pedirme prestado dinero para comprar un juguete tonto o alguna otra cosa sin sentido, entonces vete directamente a tu cuarto y se acuesta. Piensa que eres egoísta. Yo trabajo muy duro muchas horas toda la semana y no tengo tiempo para estas payasadas infantiles."

El chico fue calladamente a su cuarto cerrando la puerta.

El hombre al sentarse se estaba poniendo cada vez mas enfadado pensando en la pregunta del muchacho. ¿Se atreve a preguntar cosas tontas solamente para conseguir dinero? Sin embargo, pasada una hora o mas, el hombre estaba mas tranquilo y pensando que tal vez su comportamiento fue un poco duro con su hijo. Puede ser que que realmente necesitara comprar algo con los 2 dolares, y le constaba que no pedía dinero muy a menudo. Por eso fue a la puerta del cuarto del muchacho y abriendo la puerta le dijo:
- Hijo, ¿Se encuentra despierto?" - Si papi, estoy despierto," - fue la respuesta alegre de su hijo.

Entrando al cuarto el hombre dijo: - He estado pensando, que tal vez haya sido demasiado duro contigo antes, - Ha sido una jornada de trabajo larga y he pagado mi agresividad contigo. Toma los 2 dolares que me pediste.

El pequeño al sentarse sonriendo dijo casi gritando: . - OH, gracias papi!

Entonces, buscando bajo su almohada extrajo tres billetes todos arrugados.

El hombre, viendo que el muchacho ya contaba con dinero, de nuevo se puso enfadado, pero sin demostrarlo, pues el niño estaba contando muy despacio su dinero sin mirar a su padre.
- ¿Si ya contabas con dinero para que me pediste prestado? - dijo a regañadientes el padre. "Porque no era suficiente, pero ahora si lo es," – fue la respuesta de su hijo.

Seguidamente, ahora si mirando de frente a su padre le dijo muy tiernamente y con inocencia:

- Papi, ahora ya tengo los 5 dolares. ¿Puedo comprar una hora de tu tiempo? Por favor ven a casa temprano mañana. Quiero pasar un rato a tu lado, o, mejor dicho, aunque sea una hora contigo."

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