POR CULPA DE LA TECNOLOGIA


Por Lic. Rigoberto A. Becerra D. (MAF)


El conocimiento tecnológico avanza cada día más a pasos de mucha velocidad, sobre todo en los países de alto desarrollo industrial, comercial y de servicios. Sin embargo, en los países menos desarrollados no nos queremos quedar tan rezagados y por tal manera siempre queremos estar a la vanguardia de la tecnología, adaptando a nuestras necesidades tanto la tecnología de conocimientos como la de materiales y equipos. Así, esta la hemos venido incorporando a las empresas, a las organizaciones públicas, a la política, sin dejar de lado la vida doméstica y de entretenimiento. Jóvenes y adultos, de edades diferentes, se incorporan cada día más a la obtención de conocimiento tecnológico, bien sea por prueba y error o por cursos formales de diferentes niveles en Instituciones de educación.

Este es el caso de mi compadre Tesmitocles, quien después del lío con su secretaria, (POR CULPA DE LA SECRETARIA>), ha entrado en una onda de avance tecnológico, recordando sobre todo sus años mozos en los que realizó aprendizaje de video grabadoras. Así, por no quedarse rezagado, o sea por estar a la moda, pero más que todo por "matarle el piojo en la cabeza" a sus compañeros de farra, quienes viven señalándole a mi compadre que "este ya no va pál baile", que "que hace con ver la lista si ya no juega lotería", que "él ya está jubilado en todo desde hace varios años", llamándolo además "reloj despertador", "carbón mojado", etc., etc., etc., sobre todo cuando lo ven conversando con alguna chica despampanante o les dice que va a salir con tal o cual amiga.

Entonces, recordando sus conocimientos de electrónica, en videofilmación, aprendidos en sus años mozos y actualizados en un curso por correspondencia, mi compadre Tesmitocles se compró una cámara filmadora automática (casi 300 USD), un monitor a full color (SVGA), y demás aditamentos necesarios para montar su llamada "obra tecnológica de antología", la cual le serviría para decirles a sus compañeros de farra "a las prueba me remito", mostrándole, en vivo aunque no en directo, los resultados con su última conquista (una rubia oxigenada, cuarentona, 95, 65, 98).

Cuando me contó su proyecto, inmediatamente me preocupé, pues conociendo a mi compadré, nada nuevo podría esperarse de esta loca o descabellada idea, como todas las suyas. Lo aconsejé, pero no me hizo caso.

Así, llegado el día de la cita con su conquista, habiendo preparado el escenario (o campo de batalla como lo llama mi compadre), colocando de manera muy discreta la cāmara automática, la cual estaba conectada a una VHS y un televisor, de manera que pasara desapercibida, la función empezó. Mi compadre le dijo a su compañera que colocarían el televisor para ir viendo la novela o la Serie Mundial, que en ese momento estaban pasando en un canal determinado. Ella le dijo que estaba bien, aunque no le parecía necesario. No sospechaba nada.

Todo empezó muy bien y continuó bien hasta que un coletazo de uno de esos huracanes que andan por el Caribe, así como algunos errores de instalación cometidos por mi compadre, dado su poca experticia en este campo electrónico, empezó a echarle a perder la fiesta a mi compadre.
Así, con vientos fuertes y posterior lluvia torrencial (que ellos en su nido no notaban) los cables del tendido eléctrico, de televisión por cable y de antenas parabólicas o no, empezaron a tener una mezcla rara tecnológicamente, por lo que la señal de televisión normal se pasó a la de cable y viceversa, así como la de la videograbadora de mi compadre se pasaba alternativamente de la televisión normal a la de televisión por cable.
De esta forma, fue como en el televisor en la habitación donde mi compadre hacia lo que podía y lo que no podía, empezaron a pasar comiquitas, mientras que en los televisores de millares de hogares tanto en el país como en el exterior empezaron a aparecer las imágenes de mi compadre y su compañera rubia oxigenada en sus mejores o peores momentos (depende del punto de vista con el que se vea). Muchos no lo vieron porque habían apagado el televisor debido al coletazo, pero en el hogar de Tremenbuna el coletazo no afectó y por supuesto ella estaba viendo, junto con su mamá, o sea la suegra de mi compadre, la novela de turno. Imagínense cuando lo vieron en la pantalla. Lo mismo sus amigos de farra, ya que en la Tasca donde se reúnen nunca falta un televisor.

Mi compadre ni cuenta se dio del dichoso coletazo, pues a las 11,30 p.m. cuando fue a llevar la conquista a su residencia, ya la lluvia había pasado totalmente. Sin embargo, al otro día empezó a notar situaciones raras, pues una vez que salió a la calle para ir al Banco a reponer sus finanzas menguadas, en la cuadra de la casa donde vive en exilio obligado, dos ancianitas al verlo venir se santiguaron y metieron rápidamente a sus nietas de 13 y 16 años a sus casas. Igualmente, la vecinita a quien mi compadre le tiene el ojo puesto, pues está como ella quiere, lo saludó con una picaresca sonrisa diciéndole "Adios Marlon Brando". Igualmente varias personas en el Banco lo miraban y se reían, aparte de que dos señoras de mediana edad le fueron a pedir autógrafos, "como artista que era".

Todo se descubrió, cuando en la noche se reunió con sus amigos en la tasca, quienes ni cortos ni perezosos felicitaron a mi compadre y le dijeron que retiraban todo lo dicho hasta ahora de él, pero que se había pasado con la prueba, pues no era necesario tanta demostración. Ahí fue donde mi compadre se enteró completico de que por un enredo tecnológico de cables y demás, su demostración de "que si podía" lo vieron millares de televidentes de todo el mundo, aparte de que muchos de los copiadores piratas de CD aprovecharon para grabar tal demostración y la venden en el mercado negro a 10 USD, catalogada como ZZZ, por lo que la fama de mi compadre pica y se extiende.

Demás estar decir que mi compadre tuvo que ausentarse de la ciudad por tres meses para evitar el reclamo de Tremenbuna y de su suegra, pero la vecinita cada día lo mira con mayor interés.

A mi también me afectó algo lo de mi compadre, pues algunos piensan, y me lo han manifestado, que yo le aconsejé y además le ayudé para que montara tal show. Además algunas viejecitas me han negado el saludo por ser amigo de tal degenerado, como éllas lo llaman.

Mi compadre desde ese día le echa la culpa a la tecnología y no quiere saber nada de ella, señalando además que por eso es que fallan muchas cosas en este país. No quiere por ningón motivo reconocer su culpa en este tan lamentable accidente.

OJALA ESTO NO LES SUCEDA A UDS., RECOMENDANDOLES EVITAR TALES DEMOSTRACIONES, NO VAYA A SER QUE LA DICHOSA TECNOLOGIA TAMBIEN LES TRAICIONE.

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