LA MODERNIZACION DE LA ADMINISTRACION PUBLICA

(Conferencia dictada el 05-05-2000 en la sede IZAFA, C.A. fecha aniversaria, Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela)

Lic. Rigoberto A. Becerra D. (MAF) *

Los diferentes gobiernos de los países en el mundo consideran que la modernización de la administración pública es un proceso clave, porque busca el propósito de garantizar el bienestar de los ciudadanos mediante el uso adecuado y eficiente de los recursos públicos.

Los destinatarios de ese esfuerzo deben ser todos los sectores: altos, medios y de bajos recursos de la sociedad, es decir, todo los que en diversos grados son vulnerables a las leyes del mercado.

Modernizar la administración pública debe ser expresión de voluntad política de acercar el Estado a las necesidades de la gente, de generar un espacio de interlocución entre ambas instancias, y de promover el ejercicio de los derechos ciudadanos.

Por esto, los gobiernos de cada país, desde hace ya varios años y más aún cuando se acerca el nuevo milenio, con todas sus expectativas, han decidido abordar resueltamente esta importante, y no tan fácil tarea, destinando los recursos financieros y humanos necesarios y suficientes para buscar su concreción. Los resultados son variados.

Es reconocido que una administración pública moderna, al servicio de la gente, demanda un gran impulso dirigido a relevar la dignidad y responsabilidad de la función pública y a tomar las medidas que aumenten la probabilidad de lograr la mayor eficiencia y eficacia de sus diversas instituciones.

Ahora bien, la administración pública comprende todas aquellas acciones del Estado, de cualquier país, orientadas a planificar, organizar y administrar los diversos recursos disponibles: instalaciones, equipos, materiales, humanos, financieros y de información, con el respectivo control, con el propósito de procurar el mayor bienestar a los ciudadanos a quienes debe servir. De ahí también el nombre de servicio publico.

Estas acciones a las que se hace referencia, abarca las formas de organización y funcionamiento de toda la gama de instituciones que conforman esa administración pública, tales como ministerios y otras organizaciones de servicio público. Entonces, el modernizarlas implica ocuparse de las modalidades y calidad de sus prestaciones, la planificación de sus actividades y los resultados de las mismas, así como de la adecuada organización y preocupación por los recursos humanos encargadas de desarrollarlas.

En este orden de ideas, la administración pública, en consecuencia, se relaciona con toda la diversidad de actividades y aspectos vinculados con la vida diaria de los ciudadanos (hombres, mujeres, niños, e incluso personas jurídicas) en lo referente a la atención de salud, educación, transporte, seguridad, vivienda y recreación; con los servicios previsionales y tributarios; con la calidad de vida ambiental, en suma con el resguardo y el ejercicio de derechos, y también cumplimiento de deberes naturales o constitucionales, de los ciudadanos. En otras palabras, es el medio que permite la implantación en forma cabal de las políticas públicas de los gobernantes.

Por tanto, en este contexto, modernizar la administración pública significa, en términos prácticos, realizar los mayores y mejores esfuerzos para adecuar el funcionamiento de todas las instituciones y servicios públicos a las condiciones de eficiencia y de calidad que se requieren para responder satisfactoriamente en todos los ámbitos mencionados. En otras palabras, significa plasmar en la realidad el papel que está llamado a ejercer el Estado en cualquier país, pero hacerlo de manera moderna, adecuándose a las características tecnológicas y humanas del mundo actual.
Incluso, adaptarse a un movimiento que comienza a cambiar el concepto de Estado productor de servicios, sustituyéndolo gradualmente por el concepto de Estado garante de la prestación de servicios, ya que en el pasado, y también hoy, el Estado producía y produce muchos de los servicios de interés general, como la salud, la educación, la seguridad social, los transportes, la energía, entre otros. Hoy, no obstante, se observa y verifica cierta tendencia a que el Estado garantice la prestación de esos servicios con continuidad, independendientemente de que lo haga por sí mismo o compartiendo la responsabilidad de esas funciones con el sector privado de la economía y también con el social.

El optimizar la calidad del servicio al usuario (contribuyente o no) es el objetivo principal de esa modernización, en función del cual se adoptan políticas y planes de acción para mejorar la gestión, la capacidad y productividad de los recursos humanos, la estructura organizacional de la institucionalidad, la oportunidad y veracidad de la información, incorporando tecnologías de avanzada, todo en un marco de ética y transparencia en el desempeño de la función pública.

Así entonces, el objetivo principal de cualquier programa de modernización de la administración pública, es servir mejor al ciudadano, no importando su condición social, sin distinción de raza, credo, edad. Cumplir con este objetivo significa realizar todos los esfuerzos para mejorar al máximo la calidad de los servicios y decisiones públicas. Este es un desafío que, junto con procurar la satisfacción de Ios usuarios, tiene un sentido profundamente democrático. Se orienta a promover el respeto y el ejercicio de los derechos ciudadanos, así como la igualdad y equidad; contribuir a la reducción de la pobreza y marginación social; legitimar y revitalizar la función pública, y fomentar la confianza de los ciudadanos hacia el Estado.

Como parte de este esfuerzo modernizador, la administración pública debe propender a una gestión caracterizada por una mayor eficacia, esto es, un buen empleo de los recursos para cumplir con los objetivos de políticas y programas, así como por una mayor eficiencia, o sea, la optimización de la relación existente entre los productos esperados (resultados) y los insumos utilizados (recursos materiales, humanos, financieros y de información). El efecto de esto será la buena calidad de la atención y la confianza y credibilidad hacia la función de los servicios públicos. Esto es el deber ser.

Sin embargo, debe considerarse que la voluntad política de modernizar el Estado, y particularmente la administración pública, exige readecuar la estructura organizacional del aparato público en vistas a su máxima eficacia y eficiencia. Esto comprende aspectos como la delegación de atribuciones y competencias, los criterios y medios de administración de recursos, la aplicación de los adelantos tecnológicos, los sistemas de información y control, además de la relación con los usuarios de los distintos servicios e instituciones.

La mencionada readecuacion puede comprender el nivel de los ministerios, de los servicios y aún de los proyectos. Igualmente, muchas están ligadas al desafío de desarrollar en estados, municipios y localidades, la capacidad de responder por sí mismas a las necesidades de sus respectivos sectores, es decir una descentralización y desconcentración administrativa y operativa. Es un requisito que estos niveles de transformación sean coherentes con las orientaciones de las instancias centrales responsables de coordinar la modernización de la administración pública.

Así entonces, tal como es planteado por diversos autores, el objetivo final del un plan de Modernización de la administración pública, el cual es el de prestar más y mejores servicios a los ciudadanos, plantea la necesidad de transformar los métodos y estilos de funcionamiento de las organizaciones públicas a través de la incorporación de instrumentos de gestión que permitan operativizar y coordinar adecuadamente los lineamientos políticos y programáticos gubernamentales. La incorporación de estos instrumentos y técnicas de gestión favorecerá la planificación, priorización y evaluación de las diversas tareas gobernamentates, la participación de los distintos estamentos que necesariamente deben involucrarse en su implementación y el conocimiento público sobre las materias incluidas en dichos programas y su desarrollo.

Asimismo, las experiencias históricas, así como los grandes cambios que se han producido en el medio ambiente general y específico turbulento del mundo en las últimas décadas a nivel político, social y económico, han obligado a la mayoría de los países, a replantearse y a redefinir tanto la misión como la estructura y modelos de gestión del aparato estatal.

Por su parte, la globalización, el avance científico y tecnológico, el surgimiento de temas como medio ambiente, calidad de vida, seguridad ciudadana, participación de la mujer, entre otros, dan luces de los alcances y la complejidad de las necesidades y preocupaciones que es preciso incorporar en el marco de las responsabilidades estatales.

Para finalizar, conviene exponer lo señalado por investigadores en este campo de la administración pública, referente a que un plan de modernización de la misma debe contemplar:

- Reingeniería de estructuras y procesos. Rediseñar y desarrollar las estructuras orgánicas y los procesos operativos de las dependencias en congruencia con su función social, con el fin de acelerar la desregulación, simplificar los trámites e incrementar la productividad.

- Modernización tecnológica de los procesos. Incorporar y renovar la tecnología de informática en un contexto de mejora continua de la administración, como soporte para la gestión pública, mediante métodos eficaces y el desarrollo de sistemas automatizados de información, de flujo de trabajo y de comunicación.

- Planeación estratégica. Implementar el proceso de planeación estratégica interna en cada dependencia con las estrategias y compromisos del Plan Estatal de Desarrollo, para fortalecer la capacidad de respuesta a las demandas de la sociedad y asegurar el cumplimiento de los objetivos y programas de trabajo en el corto, mediano y largo plazo.

- Modernización presupuestaria. Modernizar el proceso de presupuestación, mediante la implantación progresiva de asignaciones presupuestales específicas para soportar el desarrollo de los programas operativos, el análisis socieconómico de proyectos, la consideración de presupuestos de inversión y la racionalización del gasto corriente.

- Transparencia en la administración de recursos. Asegurar la transparencia en la administración de recursos materiales y financieros, a través de la reingeniería y tecnificación de procedimientos, de la Contraloría Interna y de la apertura de información.

- Desarrollo del servidor público. Impulsar el desarrollo integral del servidor público, mediante la implantación de sistemas adecuados de selección, servicio profesional de carrera, capacitación, remuneración y reconocimento, que estimulen tanto la productividad como la motivación del personal y eleven la calidad de vida en el trabajo.

- Cultura de calidad y excelencia en el servicio. Consolidar todos los esfuerzos de modernización administrativa y desarrollo de personal en una cultura de calidad total y excelencia en el servicio fincada en la misión y los valores sociales del Poder Ejecutivo y orientada a la satisfacción de las necesidades de los usuarios, restableciendo el papel del auténtico servidor público.

BIBLIOGRAFIA DE APOYO

REFORMA ADMINISTRATIVA Y EL PROCESO DE INTEGRACION. Isabel CORTE-REAL, Directora General, Instituto Europeo de Administración Pública (IEAP), Maastricht, PAISES BAJOS; Ex Secretaria de Estado para la Modernización Administrativa, Lisboa, PORTUGAL

Plan Estratégico de Modernización de la Gestión Pública. División de Modernización de la Gestión Pública. Ministerio Secretaría General de la Presidencia. Secretaría de Comunicación y Cultura. Ministerio Secretaría General de Gobierno, España, Octubre de 1997.

The State in a Changing World. Ajai Chhibber, 1997

The State in a Changing World: Ideas from the forthcoming World Development Report, 1997. World Bank.



Muchas gracias.

* RIGOBERTO A. BECERRA D. es Lic. en Administración (LUZ, 1979); Master en Administración, mención Finanzas (IESA, Caracas, 1985); Inició estudios de Doctorado en Business Administration en la Newport University (1998); Profesor Universitario de LUZ en Pregrado y Postgrado; Profesor invitado de Postgrado de algunas Universidades Venezolanas (UNERMB, UNET, UNELLEZ) y de Cúcuta, Colombia (UFPS); Exfuncionario del Ministerio de Hacienda (1970-1987); Tesorero de la Asociación Venezolana de Ejecutivos Financieros (Región Zuliana, 1980); Director Administrativo del Centro Interamericano de Estudios Superiores de Empresas (CIESE, 1987-1990); Miembro Fundador del Instituto Latinoamericano de Estudios Avanzados en Ciencias Empresariales (ILEACE) en 2001; Presidente del Instituto Zuliano de Adiestramiento en Finanzas y Administración (IZAFA) hasta 2013; Presidente de la empresa Servicios Especializados Organizacionales, C.A. (SEO, C.A. desde Enero 2015); Asesor de empresas.

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